Mantenimiento del irrigador bucal

Todo lo que debes saber sobre las carillas o microcarillas dentales

Un irrigador bucal sirve como una herramienta extra para poder tener unos dientes limpios y libres de bacterias. Por ello, hay que saber como se puede saber el mantenimiento de este producto para que pueda durarnos lo máximo posible.

El irrigador tiene una forma muy sencilla a la hora de utilizarse y muchas veces se nos pueden escapar formas incorrectas de guardarla o utilizarla. También hay que saber como darle una limpieza en profundidad, ya que es algo que usamos para nuestra higiene bucal diaria.

El agua que se utiliza por ejemplo, crea mucha humedad en el recipiente y si no sabemos cómo desinfectar este accesorio, el irrigador puede hacernos más mal que bien.

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¿Qué es un irrigador bucal?

Los irrigadores bucales son herramientas similares a los que utilizan los dentistas en sus clínicas. Se encargan de limpiar de forma y eliminar las bacterias de los dientes de forma eficaz. Utiliza el agua a presión para realizar esta función.

De esta manera conseguimos una limpieza en profundidad, ya que el cepillo no es capaz de llegar a ciertas zonas. Pero gracias al irrigador se consigue eliminar la placa bacteriana y estimular las encías.

Limpiar un irrigador bucal

El irrigador funciona con agua a presión, por lo que tiene un depósito específico para ello. El agua contiene minerales que pueden llegar a obstruir el irrigador, haciendo que este pierda efectividad.

Hay que realizar una limpieza periódicamente cada dos o tres meses como mucho para que funcione de una forma óptima. Debemos limpiar las siguientes piezas de este producto:

  • La punta del irrigador
  • El mango
  • Las partes internas
  • El depósito de agua
  • La parte externa de la unidad

Cómo limpiar la punta del irrigador

Para limpiar la punta del irrigador lo primero que tenemos que hacer es expulsar separarlo del resto del producto mediante el botón que viene indicado para ello. Es una forma sencilla, y en la mayoría de los casos se realiza de la misma manera.

Después tenemos que colocar una mezcla de dos partes de agua y una parte de peróxido de hidrógeno. Podemos utilizar vinagre blanco en su lugar si no contamos con el peróxido.

A continuación, tenemos que sumergir el mango del irrigador bucal dentro de esta mezcla. Y dejarlo allí 5 o 7 minutos. Pasado este tiempo, debemos lavarlo con agua templada.

Para maximizar la eficacia del irrigador, lo mejor es cambiar las estas piezas cada 3 o 6 meses, ya que estas partes pueden taparse con los minerales e impedir que el agua pueda salir.

Cómo limpiar el mango

Lo primero que hay que hacer es separar el mango del resto de piezas, pulsando el botón de expulsión. El mango se puede limpiar de una forma parecida al que se realiza con las puntas.

Hay que mezclar dos partes de agua y una parte de vinagre en un vaso. A continuación, hay que sumergir el mango y dejarlo allí de 5 a 7 minutos. Después, hay que enjuagar el mango con agua tibia.

Cómo limpiar las partes internas

Para ello, hay que combinar 1 o 2 cucharadas de vinagre blanco con 16 onzas de agua tibia. Ahora simplemente hay poner a funcionar el producto y dejarlo hasta que el depósito de agua quede vacío.

Una vez terminada esta primera fase, hay que volver a repetir el mismo procedimiento, esta vez con el agua limpia y templada. Con esto conseguimos mantener limpio el producto por dentro.

 

Cómo limpiar el depósito

El depósito de agua es una de las partes principales del irrigador, porque es donde vamos a colocar el agua para limpiar nuestros dientes y encía. Tenemos que prestar especial atención a que no se acumule ningún tipo de suciedad.

Para retirar el depósito de agua, debemos consultar el manual de instrucciones. Y tener en cuenta que cada irrigador es diferente a la hora de separarse. Si tienes un modelo de sobremesa, lo primero que debes hacer es retirar la válvula que lo conecta con el resto del producto.

Si tienes lavavajillas, es una excelente opción, ya que quedará mucho más limpio y desinfectado. De esta manera, nos aseguramos que quede totalmente libre de gérmenes y bacterias.

Si no cuentas con este electrodoméstico, puedes también lavarlo usando agua tibia y jabón de casa. Da igual la manera que decidas usar para limpiarlo, lo importante es que puedas tener un depósito higiénico.

Cómo limpiar la parte externa de la unidad

La parte de fuera no es necesario que tengamos que prestarle atención tan excesiva a la hora de limpiar, ya que no son materiales que vayamos a poner en contacto con nuestra boca.

De todas formas, si llevamos mucho tiempo usando el irrigador y vemos que necesita una limpieza superficial, podemos hacerlo usando simplemente un pañuelo húmedo y secarlo posteriormente.

Beneficios de tener un irrigador bucal

  • Reduce la placa bacteriana: gracias al uso del agua a presión, es capaz de eliminar los restos de sarro de la boca. De esta manera, obtenemos una limpieza perfecta, ya que llega a las de la boca donde el cepillo no es capaz de llegar.
  • Máxima sensación de limpieza: es un complemento perfecto para la higiene bucal. Los dentistas usan algo parecido en sus clínicas y lo recomiendan para sus pacientes.
  • Encías más sanas: gracias a que disminuimos la placa bacteriana, también se reducen los problemas de inflamación y sangrado de encías. Además, ayuda a prevenir la gingivitis o periodontitis.

Si tenemos ortodoncia es una excelente opción para mantener una higiene bucal más profunda, ya que los brackets suelen ser un problema a la hora de cepillar los dientes. Pero gracias al irrigador, se puede tener una boca más sana en esta etapa de corrección dental.

Si estás pensando en hacerte una revisión dental o hacerte una intervención bucal específica en los próximos días, puedes pedir cita en nuestra clínica desde el formulario de contacto. Contamos con los mejores profesiones del sector y te garantizamos una excelente atención y servicios.

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